2 de septiembre, sábado
Iniciamos la marcha cruzando un
estrecho puente sobre un brazo del pantano y emprendemos un camino ascendente
durante un par de horas que nos lleva hasta lo alto de la sierra, poco más allá
de Ventas de Narón. Como siempre, hemos ido dejando atrás un reguero de aldeas:
Toxibo, Castromaior, Hospital, ....., y bosques muy poblados que con la niebla
del amanecer y los intentos del sol por penetrar, cobran un aspecto algo
tenebroso. Ahora toca alto en el camino
para el típico almuerzo de una hora que ya nos servirá de comida, y donde
conocemos a un chaval que viene desde Montserrat haciendo el Camino Catalán.
Descendemos y de nuevo más aldeas
hasta llegar a Vilar de Donas, célebre por tratarse del lugar donde se
instalaron en 1184 los caballeros de la Orden Militar de Santiago que se
dedicaron a limpiar de bandidos la ruta de los peregrinos. Continuamos hasta
alcanzar el Alto del Rosario y ya en bajada arribamos a Palas do Rei (Palatium Regis).
Nos situamos en el albergue que está
en el centro del pueblo, frente al ayuntamiento, y vamos a tomar unas cervezas
con Victoriano, el profesor de Cádiz.
Conocemos a Angels, una catalana de Barcelona muy agradable que ha
tenido la mala suerte de ir a parar a la misma habitación que todos nosotros.
¡Menudo concierto de vientos varios le espera!. Seguimos dando un paseo por el
pueblo y nos encontramos con Carmelo y el resto de "la peña" que nos invitan a
unas cañas, luego cenamos en la pulpería que hay junto al albergue viendo un
partido de futbol y nos vamos a dormir.
A la entrada del albergue está
Rafael, un personaje singular. Dice haber hecho el Camino 16 veces, lo que
parece ser cierto por las referencias que da, con una particularidad: que
camina con dos muletas debido a un accidente de moto. Julián y yo nos quedamos
charlando con él en la puerta y nos cuenta mil y una anécdotas sobre los
diferentes caminos. Al final, nos regala a cada uno un trozo de piedra de la
Puerta Santa de la Catedral de Santiago que se abrió el Año Santo Compostelano
de 2004, y que él mismo ha ido metiendo en unas pequeñas y rudimentarias urnas
de vidrio.
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